Nadie puede negar que la música es, posiblemente, la disciplina artística de mayor proyección en la actualidad. Es tan enorme su impacto en la humanidad en general, y a través de sus diferentes colectivos sociales en particular, que su desarrollo lleva asociado un término económico que denota su envergadura: “industria musical”.

Pero también es cierto que la danza ha formato parte innata del desarrollo cultural y social de los pueblos desde el origen de la humanidad. Asociada al flamenco, la danza es denominada “baile”, y surge a partir del siglo XV en Andalucía como una adaptación agitanada de los ritmos existentes entonces. Y aunque los expertos no otorgan una exclusividad a los gitanos como creadores del baile flamenco, no hay duda sobre su aportación importantísima, como destaca Luis López Ruiz en su “Guía del Flamenco” (Ed. Akal).

La UNESCO, en la declaración en la que ha dejado inscrito el flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad destaca que:

El baile flamenco, danza del apasionamiento y la seducción, expresa toda una serie de emociones, que van desde la tristeza hasta la alegría. Su técnica es compleja y la interpretación es diferente, según quien lo interprete: si es un hombre lo bailará con gran fuerza, recurriendo sobre todo a los pies; y si es una mujer lo ejecutará con movimientos más sensuales.
UNESCO – Patrimonio Cultural Inmaterial – Flamenco

Si, entre los entendidos de flamenco, el cante se lleva inicialmente una mayor atención, es entre los no entendidos donde parece que el baile enamora con más rapidez. Aportan ingredientes esenciales para lograr una casi inmediata admiración su plasticidad, su capacidad comunicativa (sin idiomas que limiten su entendimiento), la fusión visual y acústica que supone y su combinación con otros elementos secundarios pero que despliegan su especial belleza y sensualidad como la vestimenta de las bailaoras y bailaores.

A los movimientos de piernas y brazos que suelen ser el centro de otras disciplinas de danza, en el baile flamenco se unen las palmas y aleteos de las manos, los movimientos rítmicos percutores de los pies como taconeos o de los dedos sobre las castañuelas. Gestos cotidianos como los desplantes o quiebros de cintura son transformados en llamativos movimientos que se unen a los anteriores creando un conjunto único en el mundo, claramente diferenciado e inmediatamente reconocible. Es tan poderosa su capacidad comunicativa, que una vez visto el baile una vez, una estampa estática (por ejemplo, una fotografía) es capaz de evocar en la memoria todo el complejo universo del baile.

Los artistas que despliegan su arte en el baile flamenco son capaces de aportar su sello personal en infinitos matices al margen de unas normas que no son rígidas como en otras disciplinas de danza. Esto no es óbice para que existan pasos, ritmos y normas que se respetan en los diferentes estilos de baile flamenco.

En esta flamencopedia descubriremos las características, géneros, movimientos y estilos del baile flamenco, sin olvidar que es, como dice Luis López Ruiz, “una prolongación febril del cante, vive de él y de él se alimenta. Porque se puede cantar sin baile, pero difícilmente se puede bailar sin cante”.

Los tablaos flamencos de la Comunidad de Madrid queremos que todos los que en algún momento tengáis intención de vivir el flamenco lo hagáis en una región que os recibe con los brazos abiertos. A través de esta flamencopedia podréis conocer mejor el flamenco, una breve guía para antes o después de vuestra visita a la Comunidad de Madrid.